Mi EXPERIENCIA ENFRENTANDO EL FRACASO
MIRANDO AL FRACASO A LA CARA
Mi historia personal incluye varios momentos en los que el fracaso me hizo dudar de mí mismo y de mi capacidad para enfrentar las dificultades. Sin embargo, a través de esos retos, también descubrí que el fracaso es una oportunidad para el cambio y el crecimiento personal. Aunque en un principio esos tropiezos me hicieron sentir vulnerable, al final me enseñaron lecciones que me ayudaron a construir una versión más fuerte de mí mismo. Aquí te cuento mi experiencia.
FRACASOS EN MI ZONA DE CONFORT...
Uno de los primeros fracasos significativos de mi vida ocurrió en mi primer trabajo como ingeniero geodesta en una empresa en Maracaibo. Recién empezaba mi carrera profesional y, con mucha motivación, me propuse gestionar una capacitación para mí y mi equipo. Este proyecto era muy importante para mí, ya que creía que mejorar nuestras habilidades no solo beneficiaría nuestro rendimiento, sino que también nos abriría puertas para futuros proyectos y desafíos dentro de la empresa. Me esforcé mucho por organizar la capacitación y hacer que fuera una realidad, pero, a pesar de mis intentos, no logré concretar la iniciativa.El impacto de ese fracaso fue más profundo de lo que había anticipado. No solo sentí una gran frustración, sino que también experimenté el peso de la presión social. Al ver mi esfuerzo fallido, algunos de mis compañeros de trabajo comenzaron a murmurar entre ellos, insinuando que no tendría la resiliencia para intentarlo de nuevo, que simplemente me rendiría. Esas palabras y actitudes afectaron mi confianza en mí mismo, haciéndome dudar de mis propias capacidades. Sin darme cuenta, el miedo al “qué dirán” y la vergüenza por no haber alcanzado mi meta me hicieron abandonar el proyecto. Aunque aún deseaba lograrlo, en ese momento no tenía la fortaleza emocional para volver a intentarlo. Ese fracaso no solo fue una caída en mi desempeño, sino también una experiencia que me marcó y afectó mi percepción sobre el valor personal y profesional.
Este evento en Maracaibo fue solo el inicio de una serie de desafíos. Algunos años después, cuando decidí emigrar a Argentina, me enfrenté a una nueva realidad. Estar en un país diferente, lejos de mi familia y amigos, me puso en una posición vulnerable y me hizo replantearme muchas cosas. Al principio, intenté adaptarme, pero, sin darme cuenta, caí en una actitud de mínima iniciativa. Limitaba mis esfuerzos a hacer lo justo y necesario, tanto en mi vida personal como en el trabajo. Esta actitud reactiva comenzó a tener un impacto negativo en mi desempeño profesional y en mi forma de ver la vida.
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Finalmente, decidí renunciar a ese empleo, pensando que un cambio de trabajo podría mejorar las cosas. Llegué a mi tercer empleo con la misma actitud inconsciente de hacer solo lo necesario y de evitar involucrarme más allá de lo estrictamente requerido. Sin embargo, esta vez, la situación no pasó desapercibida. Con el tiempo, mis resultados no fueron los esperados, y perdí el empleo. Fue un golpe duro, y, por primera vez, entendí que mi actitud estaba afectando seriamente mi vida. Había perdido ya dos empleos en un país donde estaba solo y en una situación de vulnerabilidad emocional y económica.
A través de esta búsqueda, descubrí autores y oradores motivacionales como Brian Tracy. Sus ideas y enseñanzas me brindaron una perspectiva completamente nueva sobre cómo enfrentar el fracaso y cómo trabajar en mi autoestima. Una de las frases que leí y que me marcó profundamente fue: “Somos imagen de Dios y, por tanto, podemos reflejar en nuestras vidas todas las cosas buenas que deseamos.” Estas palabras me hicieron ver que mi valor como persona no estaba determinado por mis errores ni por las percepciones de otros. Empecé a entender que yo mismo podía cambiar mi situación si adoptaba una mentalidad diferente.
Desde entonces, mi vida ha dado un giro positivo. He logrado mantener ese empleo y, aunque no es directamente en mi área de especialización, cada día encuentro maneras de mejorar y dar lo mejor de mí. Este cambio de actitud y de mentalidad me ha permitido no solo ser más efectivo en el trabajo, sino también sentirme en paz conmigo mismo. He aprendido que el fracaso no es un final, sino un recordatorio de que siempre podemos mejorar y superar nuestras propias limitaciones.
Consejo:
Mi 1er FRACASO EN ARGENTINA... FUERA DE LA ZONA DE CONFORT
Con el tiempo, esta actitud me costó mi primer empleo en Argentina. Cuando llegó la pandemia, fui una de las personas afectadas por los recortes, y en parte sabía que mi actitud había contribuido. Aunque logré conseguir un segundo trabajo en mi área profesional, mi enfoque no había cambiado realmente. No tomaba la iniciativa ni buscaba superarme, sino que me conformaba con cumplir con las tareas mínimas y evitar sobresalir. Esta actitud, que en ese momento aún no había reconocido plenamente, no solo afectó mi desempeño laboral, sino que también me hizo sentir poco valorado en mi entorno de trabajo.Finalmente, decidí renunciar a ese empleo, pensando que un cambio de trabajo podría mejorar las cosas. Llegué a mi tercer empleo con la misma actitud inconsciente de hacer solo lo necesario y de evitar involucrarme más allá de lo estrictamente requerido. Sin embargo, esta vez, la situación no pasó desapercibida. Con el tiempo, mis resultados no fueron los esperados, y perdí el empleo. Fue un golpe duro, y, por primera vez, entendí que mi actitud estaba afectando seriamente mi vida. Había perdido ya dos empleos en un país donde estaba solo y en una situación de vulnerabilidad emocional y económica.
DE VICTIMA DE MIS PENSAMIENTOS ... A RESPOSABLE DE MIS PENSAMIENTOS
Este segundo fracaso en Argentina fue un momento de quiebre. Sin la estabilidad de un empleo y con la presión de mantenerme en un país extranjero, comencé a sentirme abrumado. En ese punto, sentí que estaba atrapado en un ciclo de fracasos y que mi propio valor como individuo se veía amenazado. Fue en ese momento cuando comprendí que necesitaba hacer algo para transformar mi situación desde adentro. Pedí ayuda a Dios y comencé a buscar recursos de autoayuda, una decisión que, hasta ese momento, no había considerado.A través de esta búsqueda, descubrí autores y oradores motivacionales como Brian Tracy. Sus ideas y enseñanzas me brindaron una perspectiva completamente nueva sobre cómo enfrentar el fracaso y cómo trabajar en mi autoestima. Una de las frases que leí y que me marcó profundamente fue: “Somos imagen de Dios y, por tanto, podemos reflejar en nuestras vidas todas las cosas buenas que deseamos.” Estas palabras me hicieron ver que mi valor como persona no estaba determinado por mis errores ni por las percepciones de otros. Empecé a entender que yo mismo podía cambiar mi situación si adoptaba una mentalidad diferente.
REHACIENDO LA FUERZA QUE IMPULSA MI MENTE ...
Con esta nueva perspectiva, logré recuperar el tercer empleo que había perdido, pero esta vez con un enfoque completamente distinto. Decidí que iba a dar lo mejor de mí, aunque este trabajo no estuviera directamente relacionado con mi área profesional. En lugar de ver las tareas como algo que debía cumplir por obligación, comencé a verlas como oportunidades para demostrarme a mí mismo que podía cambiar. Apliqué cada lección de autoayuda que había aprendido y trabajé en construir una mentalidad de crecimiento y resiliencia.Desde entonces, mi vida ha dado un giro positivo. He logrado mantener ese empleo y, aunque no es directamente en mi área de especialización, cada día encuentro maneras de mejorar y dar lo mejor de mí. Este cambio de actitud y de mentalidad me ha permitido no solo ser más efectivo en el trabajo, sino también sentirme en paz conmigo mismo. He aprendido que el fracaso no es un final, sino un recordatorio de que siempre podemos mejorar y superar nuestras propias limitaciones.
Consejo:
- Si algo he aprendido de estas experiencias es que no debemos resignarnos ante el fracaso.
- Todos enfrentamos momentos de oscuridad, pero siempre existe una fuente de inspiración, ya sea un libro, un video, un podcast, o una persona que pueda darnos la chispa de motivación que necesitamos para salir adelante.
- La clave está en no quedarse quieto: busca ayuda, cuestiona los pensamientos negativos y actúa. El fracaso no define quién eres, pero tu manera de enfrentarlo sí tiene el poder de transformarte.
Recursos adicionales
sitios web y recursos gratuitos en línea
- Pagina de Verywellmind:
Sitio web: Verywellmind
10 Healthy Ways to Cope With Failure (10 maneras saludables de enfrentar el fracaso)
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Espero que este artículo te haya sido útil. Si tienes alguna pregunta o comentario, no dudes en compartirlo.
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